La respiración con los labios fruncidos (RLF) es una maniobra utilizada frecuentemente en los programas de rehabilitación respiratoria, con el objetivo de mejorar la eficacia de la respiración y proporcionar un mejor control de la disnea durante la realización de las actividades de la vida diaria en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

La maniobra de RLF empezó a despertar el interés de los investigadores a partir de la observación clínica de que los enfermos con enfisema realizaban la espiración con los labios semicerrados de forma espontánea e inconsciente, buscando minimizar la disnea. A pesar de que a mediados de la década de 1950 y principios los años 1960 ya estaba descrita y recomendada la utilización de esta técnica, no fue hasta la mitad de la década de 1960 cuando se publicaron los primeros trabajos sobre la RLF con el obje-tivo de establecer sus beneficios y efectos fisiológicos.

Cuarenta años más tarde, los trabajos publicados aún son pocos y hay un conocimiento escaso de las bases de su eficacia. Los estudios se centran, en su gran mayoría, en enfermos con EPOC, aunque también existen algu-nos trabajos que señalan su posible beneficio en algunas enfermedades neuromusculares específicas o incluso en el asma inducida por el ejercicio.

En esta revisión consideraremos los trabajos publicados en que la RLF se evaluó individualmente o en comparación con otras técnicas. Para una mejor comprensión hemos dividido la revisión en varios apartados en que se analiza, respectivamente, el efecto de la RLF sobre la función pulmonar y los gases arteriales, el patrón respiratorio, los músculos respiratorios y la clínica.

 

 

La bronquiolitis viral infantil es una infección del tracto respiratorio inferior obstructiva que es responsable de una elevada morbilidad en los niños menores de dos años.

La bronquiolitis se caracteriza por inflamación aguda, edema, aumento de la producción de moco, y broncoespasmo, que afectan el flujo y a la permeabilidad de las vías aéreas pequeñas, causando la hiperinflación, atelectasia, y sibilancias.

La bronquiolitis afecta a más de 10% de los niños. La mayoría de los tratamientos para la bronquiolitis tienen una eficacia limitada. De acuerdo con la literatura actual, la fisioterapia respiratoria convencional (CPT) no tiene ningún efecto en el resultado, especialmente en duración de la enfermedad o la estancia hospitalaria, pero las nuevas técnicas han dado resultados clínicos alentadores.

En Bélgica un nuevo método fisioterapia respiratoria en 2 etapas, que fue propuesto por nuestro grupo, se aplica ampliamente, y se recomendó por una conferencia de consenso celebrada en París en 2000.5 La primera etapa consiste en una técnica de espiración lenta prolongada. La segunda etapa consiste en la tos provocada. Este nuevo método de fisioterapia respiratoria no había sido sometido a un ensayo controlado.

 

El objetivo es determinar la utilidad de la solución salina hipertónica inhalada para el tratamiento de los lactantes hospitalizados con bronquiolitis viral. Se realizó un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado. Cincuenta y dos lactantes hospitalizados (media SD de edad, 2,9 2,1 meses) con bronquiolitis viral recibieron inhalación de epinefrina, 1,5 mg, en 4 ml de solución salina al 0,9% (grupo 1, n 25) o la inhalación de epinefrina, 1,5 mg, en 4 ml de solución salina al 3% (grupo 2; n 27).

Esta terapia se repitió tres veces cada día la hospitalización hasta el alta. Los resultados dicen que el porcentaje de mejora en las puntuaciones de gravedad clínica después de la terapia de inhalación no fue significativa en el grupo 1 en los primeros segundos, y el tercer día, después de la admisión hospitalaria (3,5%, 2% y 4%, respectivamente). En el grupo 2, se observó una mejoría significativa en estos días (7,3%, 8,9% y 10%, respectivamente; p <0,001). Además, la mejora en las puntuaciones de gravedad clínica difería significativamente en cada uno de estos días entre los dos grupos. El uso de solución salina 3% disminuyó la estancia de hospitalización en un 25%: desde 4 1,9 días en el grupo de 1 a 3 1,2 días en el grupo 2 (p <0,05).

Concluimos que en los lactantes no asmáticos, enfermos hospitalizados con bronquiolitis viral, la solución salina en aerosol 3% / 1,5 mg de epinefrina disminuye los síntomas y la duración de la hospitalización en comparación con solución salina al 0,9% / 1,5 mg de epinefrina.

 

Las Flores de Bach son una serie de esencias naturales utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones. Fueron descubiertas por Edward Bach entre los años 1926 y 1934.

El Dr. Bach era un gran investigador, además de médico y homeópata. Experimentó con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, en Gran Bretaña, de donde él era originario, hasta encontrar 38 remedios naturales, cada una con propiedades curativas para distintos problemas emocionales. A estas 38 flores se les llaman Flores de Bach.

Las Flores de Bach también reciben el nombre de esencias florales de Bach y de elíxires florales de Bach.

La terapia floral de Bach entiende la enfermedad como una disarmonía entre los cinco planos de los que se compone el ser humano: físico, emocional, mental, social y espiritual. De este modo, busca la armonización entre estos diferentes planos mediante la intervención energética de las esencias de las flores.

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La alimentación juega un papel determinante en la aparición de múltiples problemas musculo-esqueléticos, y más concretamente la denominada acidificación metabólica juega un papel importante en la aparición de problemas como artritis o artrosis entre muchos otros.

 Para combatir esta acidificación debemos tomar alimentos alcalinizantes que mejoran nuestro metabolismo y se evitará así dañar nuestros huesos y articulaciones.

 Los alimentos alcalinos son aquellos que aumentan el pH de nuestro cuerpo.

El pH se utiliza en Química como medida del grado de acidez o alcalinidad de un elemento, el cual normalmente es evaluado en su estado líquido. En el caso de la piel suele ser útil para conocer qué productos de higiene tienden a ser o no los más adecuados y cuáles en definitiva podrían hacernos daño.

En el caso de la alimentación ocurriría prácticamente lo mismo, aunque es cierto que el pH de los alimentos tienden incluso a ser menos conocidos que el de la piel. En este sentido nos referimos directamente al indicador del contenido ácido que existe en un determinado alimento o bebida, el cual varía entre 0 y 14. Esto significa que un alimento o bebida presenta un valor de pH menor a 7 se considera ácido.

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